sábado, 23 de febrero de 2008

Palabras

Las palabras son las herramientas que nos sirven para poder contar a otros lo que sentimos.

Las palabras son, a veces, pistolas cargadas, que dejas sobre una mesa, a la mano de cualquier insensato. Las palabras son los hilos que nos permiten tejer nuestras relaciones. En ocasiones son dulces como un postre, tiernas como un bizcocho, o amargas como el buen café. En ocasiones son acogedoras y abrigadas, nos acunan y sentimos el roce suave de sus letras. Otrs son ariscas, ásperas y nos raspan hasta agrietarnos la piel del cuerpo o del alma.

Hay que ser cuidadoso con las palabras. Una palabra puede ser afilada y cortante como un bisturí, puede clavarse y cortar. Puede rasgar el corazón y los sentimientos de otro con la precision de un lanzador de cuchillos o con la precisión quirúrgica de un carnicero.

Las palabras curan. Sanan. Salvan. Pero también matan, dolosa o culposamente. Hay veces que las palabras son como la picadura del mosquito anofeles, en principio solo se trata de la inocente e incomoda picadura de un insecto molesto. Con un poco de tiempo comprendes que has contraído la malaria, y que aquella “estúpida” picadura va a amargarte el resto de tu vida.


Las palabras son así, las usas “sin querer” pero matan sin piedad. No hay excusas, uno debe de cuidad las palabras, porque las palabras lo único que hacen es expresar nuestros sentimientos. El resto, aunque resulte paradójico, solo es literatura.

Por cierto Perdón también es una palabra

viernes, 22 de febrero de 2008

HOMBRES KLEENEX

Yo creía que con lo del Hombre Trampolín ya me habían jodido bastante. Sin embargo creo que no es más que un ataque de sinceridad, cariñoso y tierno. Peor es cuando te dejan claro que no te quieren, simple, lisa y llanamente.

Que a lo mejor te quisieron, pero que ya no tienes sitio en su vida. Una vez que ya has hecho de Trampolín para algunas, pasas a ser simplemente un hombre kleenex: lo usas y los llenas de mocos y los tiras.

Eso si, debo de ser el Kleenex mas importante del mundo

jueves, 21 de febrero de 2008

HOMBRES TRAMPOLIN

Estábamos desnudos y sudorosos sobre la cama, habíamos disfrutado de una placentera sesión de sexo, entonces le sugerí que nos diéramos un baño relajante en el Jacuzzi.

El agua estaba muy caliente, demasiado caliente incluso para mi, así que tardamos en meternos. Nos sentamos en el borde de la piscina. Se tumbo a mi lado apoyando la cabeza sobre mis piernas y nos pusimos a charlar. Una conversación tierna, amable, cariñosa.

Hablamos de nuestra relación, de mi relación anterior, de alguna de las suyas, del dolor que producen los abandonos, los desamores…. Entonces comenzó a contarme su teoría sobre los amores intermedios. Hablaba de los hombres trampolín (aunque existe una versión femenina: la de las mujeres liana.)

Al parecer los hombres trampolín son –según sus palabras- aquellos con los que una mujer se cruza en un momento jodido de su vida, cuando esta abajo del todo. Suele ser tras un fracaso sonado, o en un momento de descalabro general. Estos sujetos tienen la virtud de sacarla del pozo, de arroparla, de apoyarla, de caminar junto a ella. Adicionalmente te descubren cosas nuevas de la vida, en ocasiones de tu propia vida. Te hacen sentir, te hacen disfrutar, lo pintan todo en color, borrando la patina gris.

Según mi amiga, un hombre trampolín te hace sentir una mujer plena, te da seguridad, te hace atreverte…. Y entonces, das el salto, te lanzas. Te lanzas a otra vida, a otros brazos, a nuevas aventuras. Te siéntese fuerte y capaz.

Al parecer –aunque no quiso ser muy precisa en este punto- la mujer suele comenzar una nueva vida desde ese punto, sin embargo el tipo se queda tirado, abandonado, apartado, alejado. No protesta, es comprensivo, no se queja, solo sigue ahí, donde lo dejasteis. Incluso llega a constituir un recuerdo que sirve para reforzar el ego de la mujer en nuevas aventuras.

Mientras me lo contaba me iba quedando perplejo. La idea de volver a tener sexo esa tarde se diluyo como un azucarillo en agua caliente, y me invadió el deseo de lanzarme al jacuzzi esperando que las burbujas me tragaran y me hicieran desaparecer.

Entonces reuni todas las fuerzas que pude y le pregunte: “yo soy uno de esos Hombres Trampolín?”

“Si cariño, pero no te preocupes, tu y yo siempre nos querremos. Verdad?”
No conteste, mire el reloj y le dije: “Es muy tarde, me tengo que marchar”

Apuramos nuestras copas, nos duchamos, nos vestimos y nos dispusimos a marcharnos. Todo transcurrió entre bromas y besos, caricias y risas. Sin embargo yo estaba echo polvo. Me invadió esa certeza de que otra vez me encaminaba irremediablemente al fracaso, al enésimo fracaso. Ya ni tan siquiera los contaba. Seguiría allí, hasta que otro pasara por la puerta y me despidieran con un beso amable y cariñoso.
Otra vez.

PD: Mar cuelga en el post anterior un comentario con un cierto tono jocoso (sin duda se cachondea de mi) Dice que se marcha a barna y quire comprarse algo, que le diga algun sitio. He aquí mi propuesta:

Te recomiendo las dos tiendas de Marta Canut, tiene una ropa elegante y de calidad. No es barato (para eso ya esta Zara) pero tampoco es desorbitado el precio. Una de ellas se llama La Bul y esta situada en Diagonal 594, la otra se llama Marta Canut y esta en el Bulevar Rosa (paseo de Gracia) Me gustan sus jerséis de punto de seda

Si te gusta la ropa de Burberrys puedes ira a Burradas en la Calle Valencia 640 (ahora creo que se llama Burberrys factory outlet o algo así) tiene ropa de esa marca a buenos precios.

Y si quieres marcas a precio ve a la Roca Village (Autopista AP-7 salida 12 Cardedeu). Es divertido, aunque los sábados suele estar a tope.

En la Calle Portaferrissa hay unas galerías comerciales (creo que se llaman Malda, o Malta) donde puedes encontrar una tienda de lencería muy interesante, para ti y para tu chico. Ya sabes, por el tema de los relatos eróticos. Hay otras realmente divertidas en las calles que van de Las Ramblas al Paralelo. Lamentablemente no recuerdo la dirección, pero si la memoria no me falla una esta en la calle que va desde el Bagdad hasta las Ramblas. Allí puedes comprar ropa sexy de estrella del music-hall, ya sabes: plumas, lentejuelas, tangas dorados para hacer streptease, sujetadores balconet, medias de rejilla, etc…. todo con un tono putón años 40 muy, pero que muy divertido.

lunes, 18 de febrero de 2008

Y tu, ¿que opinas?

Siempre he sido un tipo lleno de curiosidad. Todo lo pregunto, todo lo investigo. Me gusta saber cosas, guardar datos aparentemente inútiles, que con el paso del tiempo pueden servir para algo.

En realidad mi manía de coleccionar datos, no tiene un fin concreto. De hecho, yo no creo en aquello de que “la información es es poder”. Pudo serlo cuando el conocimiento era escaso y la información era un material preciado que se reservaba a los elegidos. Hoy en día los flujos de información son tan enormes, tan apabullantes que la clave no esta en tener información, sino en saberla tratar, en saberla digerir.

El mas vivo ejemplo de esta afirmación esta en la empresa que da soporte a esto de los Blogs, Google. El éxito de Google esta en domeñar la información, ser capaz de ordenarla y ofrecerla al usuario con una cierta lógica (acertada o no). La red esta llena de información, la clave es saber/poder acceder a ella.

Pues bien, yo tengo una cierta habilidad personal y profesional a la hora de localizar, recopilar y mantener actualizada mi información. Información de todo tidpo, desde lo mas banal hasta algunos temas mas sesudos e incluso comprometidos. Desde una tienda de pendientes en la calle Almirante de Madrid, o , hasta un restaurante siciliano en Valencia. Desde una tienda de corbatas en Nápoles, hasta un torcedor de puros en Las Palmas. Desde un despacho especializado en doble tributación internacional hasta un marchante de arte para comprar un Damien Hirst

A la hora de la verdad, esto solo sirva a mis amigos, para que les recomiende un buen restaurante, les de la dirección de una bodega o les confiese donde compre una corbata negra preciosa que lleve a no se que boda.

En realidad no es mas que una antigua afición, que me ha proporcionado una cierta ventaja ocasional en mi vida profesional y que en ocasiones me ha dado buenos resultados con alguna dama.

Quizá por eso, estoy acostumbrado a aconsejar a mis amigos, a mis amantes, a mis novias y a las personas que quiero, en general. Les sugiero sobre ropa, sobre tiendas, sobre moda, sobre ocio, etc…A muchos/as les gusta, les divierte, incluso en muchos casos les ahorra la “desagradable” tarea de tener que ir de tienda en tienda buscando noseque.

Sin embargo, no me doy cuenta de que hay gente que no lo considera así. Supongo que no puedo evitar pensar que soy genial, al fin y al cabo soy leo, muy, pero que muy leo. Sin embargo, aunque me encantaría, tampoco puedo obligar al resto de mundo a que piense que soy genial.. Y aun en el improbable caso de que lo pudieran pensar, hay otras cosas que superan con mucho mi supuesta genialidad.. El amor, por ejemplo.

Cualquier opinión, por burda que sea, será mejor que la mía, que la de Paul Smith, Tom Ford, John Galeano, Giorgio Armani y Stela MCartey juntos, si estas enamorado de quien la profiere.

En ese punto, por mucho estilo que tengas, por muy diseñador que fuera, estas abocado ha hacer el ridiculo mas espantoso, y ha resultar un bocazas entrometido, a pesar de los impropios calcetines blancos que pueda lucir el opinador del que te hayas enamorado.